No hay días normales. La transformación ocurre en lugares inesperados.
“Aunque el divorcio me pilló por sorpresa y me cambió para siempre, no hay días normales no solo trata de eso — es mucho más. Se trata de ver la mano de Dios en nuestras vidas saturadas y a veces caóticas. Habla de escuchar su voz y reconocer su gracia en lo cotidiano: desde una lavandería en Alemania a los 19 años, a esquivar baches en camino a Baja California, a mi vida en España, primero casada y después divorciada. Las historias son verídicas, no siempre son bonitas,– pero son honestas.
Por medio de una narrativa reveladora, a corazón abierto, las personas podrán entender que pueden ser engañadas en cuanto a quiénes son y lo que han creído. A menudo no son tan buenas como pensaban, ni tan santas como esperaban. Pero, cuando abrimos nuestras vidas a Dios, Él aclara quien es y actúa para sanar y ayudar, tocar y liberar cuando menos lo esperamos. ¡Y usa a personas que nunca nos hubiéramos imaginado! A través de estas páginas, te invito a ver cómo Dios entra en escena, obra en nuestras vidas y nos muestra su corazón.”